La Martinica: un rincón del paraíso

A veces se nos olvida que aunque apenas existen las antiguas colonias que se establecieron hace un par de siglos, todavía hay territorios que dependen de otros países, y son llamados departamentos o regiones de ultramar. En Francia esto ocurre con la isla Martinica y por eso, hoy vamos a dedicar este artículo a describir este lugar de ensueño. Hoy en día, la isla Martinica sigue perteneciendo al país galo en calidad de Departamento de ultramar. Es un lugar de lo más paradisíaco, puesto que a pesar de pertenecer y tener una cultura de lo más francesa, sigue siendo una isla en mitad del Mar Caribe, lo que hace que su encanto aumente.

 

Las islas del Mar Caribe son uno de los destinos más solicitados, sobre todo por las parejas. Y es que pasar unos días en las playas de aguas cristalinas y arenas blancas es todo un sueño para más de uno, El caso es que, además, la isla de Martinica cuenta con la ventaja del idioma, sobre todo para aquellos habitantes de Francia, puesto que la lengua oficial es el francés, y es la lengua vehicular del lugar. Esto hace que te sientas como en casa aunque estés en pleno Caribe enfrente de Sudamérica. Además, se trata de una casa de lo más lujosa que ha sido creada para unas vacaciones de ensueño. Si quieres saber más cosas de este lugar, sigue leyendo. Nosotros te las contamos.

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La Martinica: un rincón del paraíso

Todo país tiene un pasado oscuro, aunque no nos lo creamos. Y Francia tiene el suyo. Martinica fue descubierta en el siglo XVI, y como suele ser habitual en esa época, hubo cierta esclavitud hacia la población del lugar. Por eso, podemos encontrar a lo largo de la isla diversos monumentos en homenaje a aquellos esclavos que habitaron la isla. Sin embargo, hasta el siglo XIX no se trató de eliminar esta terrible condición humana.

Uno de los lugares que más caracterizan a la isla de Martinica es el Monte Pelée, que traducido significa “Monte Pelado”. Se trata de un volcán, de casi 1.400 metros que se ubica al norte de la isla y es lo que le da al lugar su silueta tan peculiar. Aunque no hay gran actividad volcánica, a principios del siglo XX, en 1902, hubo una gran erupción que destruyó completamente la ciudad cerca de St. Pierre, y causó más de 26.000 muertes, además de la destrucción de la zona natural. Tardaría años en recuperarse, aunque no lo haría por completo.

Los otros secretos que esconde la isla

A pesar de todo ello, sigue siendo uno de los destinos favoritos de las antillas francesas, porque lo que se busca, fuera de políticas y de tratados, es el descanso, el relax en las distintas playas, tanto si buscas esas magníficas costas blancas como la nieve, que las podemos encontrar al sur de la isla, como si preferimos algo más original, como las playas negras del norte, que son de lo más curiosas, y no por eso tienen menos belleza. Además, el sitio también es ideal si queremos conectar con la naturaleza y con los distintos entornos naturales.

¿Qué te parece perderte en medio del bosque? Puede llegar a ser una experiencia de lo más enriquecedora, podríamos sentirnos como exploradores del siglo XXI, en busca de la fuente de la vida. Porque la vida está hecha de experiencias, y esta será una de las inolvidables. Podemos admirar la belleza de las flores, exóticas y de gran hermosura, así como descubrir animales que hasta ahora no habíamos podido ni siquiera imaginar. Tenemos la naturaleza a nuestra alcance, en un rincón europeo en medio de las Antillas Francesas, así que ¿a qué esperamos? Haz la maleta, y organiza tu viaje ya.