Se cifran en más de siete millones de visitantes en apenas unas semanas. El evento lo merece. Se trata del Oktoberfest, la célebre fiesta de la cerveza que tiene como epicentro la ciudad germana de Múnich.
La misma comenzará este próximo 19 de septiembre y se extenderá hasta los primeros días de octubre. Sin duda, una buena escusa para visitar Alemania, la ciudad bávara y sus alrededores, donde también se vive el Oktoberfest.
Recién cumplidos sus primeros cien años de fiesta, esta concentración de gente entorno a la cerveza está considerada como la fiesta más grande del mundo, y cuyas raíces se encuentran en 1810 con motivo del matrimonio del rey Luis I de Baviera y los actos de celebración de tan distinguido evento. Y desde entonces, a unos 2 kilómetros de la estación de trenes de Múnich, la cerveza es protagonista y con ello esta ciudad recibe a miles de turistas desde cualquier punto de Europa.
Otros aspectos de la Oktoberfest alemana
No sólo se viene a beber cerveza. La gente que acude, y que abarrota las 42 hectáreas de campo donde se organiza este evento, se sienta en los tradicionales bancos de madera y se apoya sobre unas imponentes y largas mesas.
También consume otra serie de productos alemanes: salchichas y una especie de rosquillas saladas con forma de lazo (se llaman Brezel) dan el otro toque gastronómico a esta fiesta, donde los bailes de raíces germanas ponen el colofón a todo un día de festejos. El folclore en su máximo apogeo.
No obstante, y aunque todos estos momentos son muy vividos, hay otros momentos de especial interés, entre los que destacan el tradicional desfile con trajes típicos de la zona y la apertura del primer barril de cerveza, que marca algo así como el despegue hacia unas largas semanas de fiesta.